26-12-2016.
¡Alma de Mark Twain,
agitada y dulce como una colmena!
¡Alma de Walth Whitman,
atribulada y contradictoria como
una gran ciudad rodeada de árboles
y montañas!
¡Alma delicada de Tenesse Williams
y de Thomas Elliot
y de John Lennon
y de Dylan Thomas,
que vieron el drama latente
en los espejos del YO y la vanidad.
¡Almas sitibundas de Edgar Allan Poe,
de Herman Mellvine, de Truman Capote,
que, con ojos puntuales,
retrataron el catecismo y el purgatorio
de los obsesionados con su sombra!
¡Alma de Hopper que persiguió el rastro de café
de las soledad moderna!
¡Alma de John Huston y John Ford
y del grandioso embustero Orson Welles!
¡Almas de los pieles rojas,
de los constructores de puentes de New York,
y de los concertinos frágiles
de Boston y Filadelfia !
¡almas de Washington y Jefferson!
¡Almas americanas todas!
protejan hoy su airado rostro
que pasará cerca,
muy cerca del abismo
y cruzará, como los leones y los Dioses,
un llameante y voraz círculo de fuego.