Amar ¿qué es?
¿Descubrir en el otro el brillo de las estrellas?
¿La profundidad del mar?
¿La levedad de una mariposa?
¿La palabra única?
¿La memoria de este momento inolvidable?
No. Amar es aceptar al Otro tal como es él:
frágil y angustiado.
Amar es aceptar al Otro como si solo fuera
un pobre bicho de la tierra.
Un milagro que está de paso.
Amarte es una obra de arte
siempre en curso. Acordarme
de cada momento que vivo contigo
es una joven miniatura viva
radiante
contagiosa. Una
estrella de mar. Lágrimas
de placer me brotan
cuando me bebes
y comes
y toda en mí te transformas y yo
en ti: una gota de agua, un grano
de luz.
¿Dónde está mi rostro, y cómo era,
si rostro fui en otro tiempo
antes de mi nacimiento? Antiguo soy,
antiguo y ánfora abarrotada
de muertos inmortales. ¿Quién me
concibió? ¿Nubes? ¿Restos de
gusanos? ¿El polvo de las estrellas?
Solo un padre y una madre
no lo creo. Pobres de ellos
que nada sabían
de las raíces iniciales. Ni sé de ellos
si fueron voluptuosos
cuando juntaron el fruto de sus semillas
tan fortuitas. Voluptuosa
fue la materia, la fuente efímera que me eterniza
de otra manera. ¿Dónde está
mi primer rostro? ¿De qué sombra
soy soplo? ¿Dónde está
la llama del primer beso?
Después de salir de dentro de ti
acerco mi rostro al tuyo; los pájaros vuelan
pero un poco después suspiro.
Tú también. Pausadamente.
Siento el peso de mi cuerpo, un peso tan leve
que ya empezaste a volar, a volar…
Voy contigo. Después regresamos a tierra, al suelo de la casa;
Queremos otra vez lo que fue nuestro –
El abrazo interior en el que fuimos
lo mismo. El regreso a la leche y al mar.
La soledad de una roca flexible
que desearías para siempre
dentro de ti. Al azul regresamos.
La naranja azul de la tierra que nos conforta
y sacia. Salgo del agua y grito; tú también.
La fuente lamenta la pérdida, el falo
La soledad. Después cantamos.
Solo en el templo de la belleza
y en el templo del silencio
me arrodillo.
14
Mientras canto, esta cosa pequeñita
a la que llaman vida, duele. Es un dolor en los huesos
como si la tierra que soy temblase
leve –como si la madre,
que siempre me ha acogido,
de nuevo me expulsase. No sé
qué voy a hacer ahora, el sol
aún no ha nacido. Me acuesto
al lado de mi amada, en la sombra
de una casa donde fui descuidado. Mientras canto
mis ojos, que han visto mundos, se oscurecen—
mi padre, que siempre estaba ausente,
me dijo que no hay nada que pueda
salvarme. Y ya no sé si las palabras
pueden hacer algo que me alejen
del bosque seco; que me devuelvan
los sabores del mundo. Vago
por el cristal partido
donde me perdí – fragmentos, astillas
de una vida que nunca me ha pertenecido. Ni falta
que hacía. Yo iba en un río
y con dejarme llevar por las aguas
bastaba. Ahora, arrojado de un lado a otro,
soy una piedra muda y húmeda que no cesa
de cantar. Esta cosa pequeñita,
donde fui descuidado, y que tanto duele.
27-09- 2016.
Escribo poesía escribo
una lengua de muertos
que nunca morirá.
Tal como estuve en la barriga de madres
tal como estoy en el seno de mi amada,
escribo poesía, un idioma
que no domino. El amor
no se domina. Una loncha de tierra fresca
comida en la lengua y en tu boca,
donde bebo incansable pues seno
es todo. Bajo el peso del paraíso
recorro la vida y la muerte
en el mismo instante.
Escribo poesía escribo
-como quien se baña en el agua
más antigua y siempre
inaugural. La boca en un oído
que no se revela.
Todo es seno, y duele. Escribo
con el cuerpo y el cuerpo,
aunque es de noche,
va con las nubes
y no mira
hacia atrás.