Es probable que Dios no exista
Esto en realidad carece de importancia
Más interesante es saber
que existe el hemisferio derecho del cerebro
cuya función es soñarlo.
Junto a las piedras está Dios bocarriba
Los pescadores en fila tiraron largamente de la red
Y ahora yace allí con sus ojos blancos mirando al cielo
Parece un bañista definitivamente distraído
Parece un gran pez gordo de cola muy grande
Pero es solo Dios
hinchado y con escamas impuras
¿Cuánto tiempo habrá rodado sobre las aguas?
Los curiosos observan la pesca monstruosa
Algunos separan una porción y la llevan
para sus casas
Otros se preguntan si será conveniente
comer de un alimento que ha estado tanto tiempo
expuesto a la intemperie
Rara costumbre la del cangrejo ermitaño
Se le va la vida buscando caparazones de otros moluscos
latas, recipientes vacíos
toda suerte de objetos cóncavos abandonados
por sus antiguos huéspedes para instalarse en ellos
Es posible que todo se deba
a una compulsión turística por la novedad
O a un síndrome de inestabilidad casi metafísica
O a simple ejercicio peripatético de quien tiene
demasiadas patas que ejercitar
¿O habrá algo más de fondo en todo esto?
Quizás convenga preguntar
al secreto cangrejo ermitaño que habita
en cada uno de nosotros
Ese que, sin duda, acaba de escribir este poema.
La hermana pasa lentamente la escoba sobre el pequeño tumulto
de las hormigas
y no cesa de asombrarse de lo rápidas que acudieron
al saltamontes inesperadamente caído del techo
Parece que supieran -dice
Cuánta minúscula y moviente voracidad sobre el cuerpo muerto
Cuánto vértigo de pinzas trincando, desgarrando, cargando
victoriosamente el animalejo
-Algo las llama -insiste sabiamente la hermana
Yo nada digo
Yo aparto los pies y dejo barrer
mientras miro la desorientación de las hormigas
que ahora no parecen saber tanto.
Elegir con cuidado un punto del aire
Cubrirlo con el cuenco de ambas manos
Arrullarlo
Irlo puliendo en su silencio
Piensa en Dios cuando construyó
su primer caracol osu primer huevo
Acerca el oído para oír como late
Agítalo para ver si responde
Si no puedes con la curiosidad
haz un huequito para mirar adentro
Nada verás. Nada escucharás
Has construido un buen vacío
Ponlo ahora sobre tu corazón y aguarda
confiado el paso de los años.
Pájaro numeroso el Cenzontle
Ahora es una violina
Después un azulejo, un muchacho que silba,
un sangretoro, un turpial
De cuatrocientos cantos habla la etimología náhuatl
Pero, a veces, pareciera cansarse
de ser tantos pájaros
y ensaya un misterioso silencio
Todo adentro calla
como si se escuchara a sí mismo callando
como si descubriera que en su silencio habita otro pájaro
que canta
suspendido en su ramaje interior
Es, quizás, entonces, más cenzontle el cenzontle