algo del alma se desprende
algo
íntimamente ajeno
desplaza este rostro
y se dispone a ser
Horas muertas en el presente que nunca llega
y en la imagen
el eco de lo que nadie
pudo decir
no por ser una extraña
en esta casa y este cuerpo
sino por querer
dejar de querer
Los pies se doblan, empequeñecen, huyen,
curvan su miseria y su miedo en unas líneas
que son las de la mano y no lo son.
Los pies son extensiones de Dios
(por eso están abajo),
de allí su angustia, su volumen redondo, su desajuste.
Los pies son como crustáceos asustados.
Tan sensibles los pies.
Se doblan y apeñuscan al hacer el amor
como si ellos fueran sus sujetos.
Los pies, así, no están hechos ahora
para prenderse como avispas
a cada aguja,
a cada rama del alma que allí los haga.
Son más alas que pies,
chiquititos y frágiles y humanos.
Tan desconsiderados que los tenemos.
eres la vida que traigo dentro
la luz de las palabras que no podré decir
o la herida profunda
que permanece abierta
en la orilla del silencio palabras muertas
augurio de la esencia
del color de las vocales
no frases
no nada
fonemas sueltos
arrullando
el cadáver del lenguaje
intacta tu forma
mientras
mi imagen se hace otra en el espejo
y tus horas
encerradas tejen
el inclemente paso del tiempo
dice que
no sabe vivir
dice que muere cada día intentando
capturar el instante
el mar
bien adentro
debe ser como el abismo
que cargo en las entrañas
inquietante y calmo a veces
pero agresivo y devastador
de repente
Volver
volver como vuelve la sangre por las venas
o las alas rotas cuando caen
o el mundo de siempre
que se posa en la ventana
volver el alba el recuerdo las entrañas
el lamento cotidiano de los días y las noches
la impotencia de verme y de tocarme
pero volver
Vacío
siempre te llenas de ausencia
insistes
desgarras el silencio
alimentas
el hilo perverso
que sostiene a la vida
Cáncer de tiempo
las puertas de la ciudad
nunca están abiertas
somos el eco de su lamento
mar y aire
por debajo del suelo
nacemos y morimos
sin descanso en ella
padecemos
(como padece la noche
cuando amanece)
cáncer de tiempo