13/10/19
1.
La siesta en el banco de la plaza
a la sombra de un árbol / Soñar la eternidad
mientras cantan los pájaros
Soñar el ala verde del viejo torreón
donde lagartijas y moscas también sueñan
en la luz de la tarde
Los rapaces en las sombras
afilan sus picos y cantan
Todo lo engendrado nace y muere
Pero ningún asombro provoca
la sabiduría de los plumíferos
La vida es corta / No viviremos siempre
Hay que gozar / Por eso heme aquí
abriendo ventanas en el aire
cuando los barcos caníbales se alejan
2.
Frente al mar las neuronas enlazan
memoria / olfato / los latidos de la sangre
al tiempo que ven el avance de unos pies menudos
Cantan en el camino / Vuelan en la tarde
esos negros ojos con flores en el pecho
y ruiseñores en los hombros
Sumidos en su propia melodía
parecen olvidar que las esclavas multicolores
en los tobillos de la joven también cantan
Cantan en todas las lenguas del océano
Cantan día y noche y no para de cantar
sin principio ni fin un himno misterioso
Los veraneantes se abrazan / Los mares
celebran cuanto ha sido y luego muere
Los pájaros tejen historias en el ala verde
Brillan a lo lejos los barcos sin destino
En uno de ellos se aleja el rumboso
pintor sobre la piel de la bella
22-06-2017.
El tren negro sobre la tierra púrpura
y la nave en el azul avanzan ciegos
–y sordas señorean mis propias neuronas–,
cada quien en los sentidos más contrarios,
cada quien riendo con las sombras:
aquí las ciudades puntiagudas que nos dejan,
ahí las hélices de los helicópteros carniceros
agitando el aire rojizo de los páramos.
Nada nos detiene: al tren ni siquiera
la línea que se quiebra; al artillero
ni las lágrimas de los soldados.
A mí, ni el Mar Océano, deuda,
bogavante, ballena nuestra.
Me llevo el aire, el horizonte, el azul,
ilusión, mecha que se apaga y nos alumbra.
Atrás dejo el peso de mis sueños,
la ceniza de mis zapatos,
un par de anteojos
y tres o cuatro libros
todavía virgos.
22-06-2017.
En medio del trinar de los gorriones
estalla la noticia de la masacre
en la tierra que más amas.
¿Qué es una vida para ese destino?
Existimos en la estructura del aire
a la medida sólo de nuestros sueños:
el aire azul, la sabiduría como una fruta.
Pero ya no lo piensas. Atrás quedan
la sombra rojiza del granado, el aroma
del espliego, la infancia de los pozos,
el fulgor de los afilados corazones.
Y la delicia de los cuerpos en la azotea
mientras avanzas hacia tu inmolación,
cuerpo enamorado de imposibles.