15-09-2017.
Nuestro largo combate fue también un combate a muerte con la muerte
Olga Orozco.
Tuve miedo de ti cuando espantabas los relámpagos.
Calculé las arterias del corazón y los dolores de los huesos.
Medí soledades y espasmos.
No hay nada más perfecto que encontrarme en tus símbolos,
como un cuchillo de catorce filos
rompiendo los herejes de la lluvia.
En tus pliegues fui maldecida, puta, mendiga, bruja,
mujer triste.
Todo me lo dictabas como una pitonisa.
Memoria herida siempre,
Agua que se fugaba entre las manos.
Todo fue dicho y me bebí los miedos.
Ahora,
En tu cerrada oscuridad arde mi nieve.
15-09-2017.
Yo estoy en donde estuve:
entre los muros indecisos
del mismo patio de palabras
Octavio Paz.
Mi memoria,
contaminada de espinas y de árboles lejanos,
la casa que nunca fue,
la redondez de la fruta más triste
iluminada por el misterioso
corazón de la luna.
Mi memoria galopante,
Como una anunciación intraducible,
todavía despierta húmeda
en las neblinas de la albahaca.
15-09-2017.
Subí la ola.
Todos sus pliegues me acogieron.
Oí gritos de náufragos
y despedidas de los barcos tristes.
Todavía los oigo.
Tiemblan en mi vigilia
las plegarias inútiles
delos desamparados.