Por Nicolás Zimarro
14-04-2016.
En un contexto social en el que los ciudadanos son definidos por los agentes económicos como individuos con entidad meramente numérica y nominal, se nos revela un universo oculto que, paradójicamente, tenemos delante de nosotros, en el portal de nuestra vivienda, en cualquier acera o parque, en cualquier rincón de la ciudad, un universo habitado por infinidad de individuos que transitan por la vida siempre en sentido contrario a las agujas del reloj del orden social preestablecido, personas pretendidamente invisibles a los ojos de los cultivadores de lo políticamente correcto. Quizá seas tú una de ellas. Si es así, entenderás de qué hablo, porque te habrás acercado al cantil del precipicio urbano, a ese dédalo maldito en el que trasiegan sus vidas las personas destrozadas por los zarpazos de las sombras y las dentelladas del infortunio. “Desahuciados” se les llama.
Isaac Rosa y Cristina Bueno ya lo han hecho en su novela gráfica Aquí vivió, donde muestran el problema de la vivienda y de los afectados por los desahucios. El libro trata la cuestión desde una perspectiva integral, que va más allá de la consideración explícita de los implicados directamente en los desahucios, para abordar la problemática desde la experiencia de quienes, de una manera o de otra, también son protagonistas de los mismos: los vecinos, la policía, el cerrajero, los periodistas, los nuevos inquilinos del piso, tú mismo…
Sí, desahuciados… Están ahí, son tus vecinos. Tenlo presente, no los abandones, no pueden salir adelante ellos solos. Porque la lucha que libra la persona que se ve apartada de la sociedad de la que debiera ser un miembro más se antoja quimérica y, peor todavía, si se ha de llevar en solitario y sin el concurso de los demás, deviene en una pelea en la arena de lo imposible abocada al desgarramiento del espíritu y a la más absoluta frustración, cuando no a la autodestrucción.
En esta situación, desgraciadamente endémica, debemos afrontar el desafío de avanzar en el desarrollo de un proyecto de humanidad integral para todos que nos implique a nivel particular y colectivo. Es necesario, es la llave del futuro.