Quiero acercaros la voz de todo un pueblo sufriente. Un recuerdo para Alberto Roque, responsable de la Casa de Palestina de Telde, Gran Canaria.
Nicolás Zimarro. 22-06-2017.
Considerado el Poeta Nacional Palestino y quizás uno de los más célebres literatos árabes contemporáneos, nació cerca de Acre el 13 de marzo de 1941 y falleció en Houston (Estados Unidos) el 9 de agosto de 2008.
En su trabajo, Palestina se convirtió en una metáfora de la pérdida del Edén, el nacimiento y la resurrección, así como la angustia por el despojo y el exilio. El poeta Naomi Shihab Nye ha comentado sobre el trabajo de Darwish: "Darwish es el respiro esencial del pueblo palestino, el testigo elocuente del exilio y la pertenencia..."
Varios de los títulos de su prolífica obra, han sido traducidos al español, entre los que destacan:
La huella de la mariposa. Diario (verano 2006-verano 2007), Traducción de Luz Gómez Garía, Valencia, Pre-Textos, 2013, En presencia de la ausencia, Prólogo de Jorge Gimeno y Traducción de Luz Gómez García, Valencia, Pre-Textos, 2011,Como la flor del almendro o allende, Edición y traducción de Luz Gómez García, Valencia, Pre-Textos, 2009, Poesía escogida (1966-2005), Edición y traducción de Luz Gómez García, Valencia, Pre-Textos, 2008, Estado de sitio, Edición y traducción de Luz Gómez García, Madrid, Cátedra, 2002, El fénix mortal, Edición y traducción de Luz Gómez García, Madrid, Cátedra, 2000, El lecho de una extraña, Traducción de María Luisa Prieto, Madrid, Hiperión, 2005, Mural, Guadarrama, Traducción de Rosa Isabel Martínez Lillo, Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, 2003, Menos rosas, Traducción de María Luisa Prieto, Madrid, Hiperión, 2001,Once astros, Traducción y estudio introductorio por María Luisa Prieto, Agencia Española de Cooperación Internacional, 2000, Memoria para el olvido, Traducción de Manuel C. Feria García, Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, 1997.
Homenaje de Mahmud Darwish a Yannis Ritzos.
LA TIERRA SE ESTRECHA PARA NOSOTROS
La tierra se estrecha para nosotros. Nos hacina en el último pasaje y nos despojamos de nuestros miembros para pasar. La tierra nos exprime. ¡Ah, si fuéramos su trigo para morir y renacer! ¡Ah, si fuera nuestra madre para apiadarse de nosotros! ¡Ah, si fuéramos imágenes de rocas que nuestro sueño portara cual espejos! Hemos visto los rostros de los que matará el último de nosotros en la última defensa del alma. Hemos llorado el cumpleaños de sus hijos. Y hemos visto los rostros de los que arrojarán a nuestros hijos por las ventanas de este último espacio. Espejos que pulirá nuestra estrella. ¿Adónde iremos después de las últimas fronteras? ¿Dónde volarán los pájaros después del último cielo? ¿Dónde dormirán las plantas después del último aire? Escribiremos nuestros nombres con vapor teñido de carmesí, cortaremos la mano al canto para que lo complete nuestra carne. Aquí moriremos. Aquí, en el último pasaje. Aquí o ahí... nuestra sangre plantará sus olivos.
(Traducción de María Luis Prieto)
PASAPORTE (1970)
No me han reconocido en las sombras que difuminan mi color en el pasaporte. Mi desgarrón estaba expuesto al turista amante de postales. No me han reconocido… Ah, no prives de sol a la palma de mi mano, porque el árbol me conoce… Me conocen todas las canciones de la lluvia, no me dejes empalidecer como la luna.
Todos los pájaros que ha perseguido la palma de mi mano a la entrada del lejano aeropuerto, todos los campos de trigo, todas las cárceles todas las tumbas blancas todas las fronteras todos los pañuelos que se agitaron, todos los ojos estaban conmigo, pero ellos los borraron de mi pasaporte.
¿Despojado de nombre, de pertenencia, en una tierra que ha crecido con mis propias manos? Job ha llenado hoy el cielo con su grito: ¡no hagáis de mí un ejemplo otra vez!
Señores, señores profetas, no preguntéis su nombre a los árboles, no preguntéis por su madre a los valles: de mi frente se escinde la espada de la luz, y de mi mano brota el agua del río. Todos los corazones del hombre… son mi nacionalidad: ¡retiradme el pasaporte!
(Traducción de Luz Gómez García)
VENDRÁN OTROS BÁRBAROS (1986)
Vendrán otros bárbaros. Raptarán a la mujer del emperador. Sonarán los tambores. Suenan los tambores para que del Egeo a los Dardanelos los caballos se alcen sobre los cadáveres. ¿Y a nosotros qué? ¿Qué tienen que ver nuestras esposas con una carrera de caballos?
Será raptada la mujer del emperador. Sonarán los tambores. Ya llegan otros bárbaros. Bárbaros que llenan las ciudades vacías, apenas altas sobre el mar, más fuertes que la espada en tiempos de locura. ¿Y a nosotros qué? ¿Qué tienen que ver nuestros hijos con esta estirpe de impudicia?
Sonarán los tambores. Ya llegan otros bárbaros. Es raptada de su casa la mujer del emperador. Y en la casa se gesta la expedición militar que devuelva a la favorita a la cama de su señor. ¿Y a nosotros qué? ¿Qué tienen que ver cincuenta mil muertos con este casamiento atropellado?
¿Nacerá un Homero después de nosotros?... ¿Abrirán las epopeyas sus puertas a todos?
(Traducción de Luz Gómez García)
NO DESEO DEL AMOR SINO EL COMIENZO (1992)
No deseo del amor sino el comienzo. Sobre las plazas de mi Granada las palomas remiendan el vestido de este día. En las jarras hay vino abundante para la fiesta que nos sucederá, en las canciones hay ventanas suficientes para que eclosionen las flores de granado. Dejo el jazmín en su maceta y mi pequeño corazón en la alacena de mi madre. Dejo mi sueño riendo en el agua y al alba en la miel de los higos. Dejo mi hoy y mi ayer en el pasaje hacia la plaza de la naranja donde vuelan las palomas. ¿Soy yo ese que ha descendido a tus pies para que asciendan las palabras cual luna blanca en la leche de tus noches? Golpea al aire para que yo vea, azul, la calle de mi flauta. Golpea a la tarde para que yo vea como entre tú y yo languidece este mármol. Las ventanas están vacías de los jardines de tu chal. En otro tiempo sabía mucho de ti y recogía la gardenia de tus diez dedos. En otro tiempo poseía perlas en torno a tu cuello y un nombre grabado en un anillo del que surgía la noche. No deseo del amor sino el comienzo. Las palomas han volado sobre el techo del último cielo. Han volado y volado. Quedará después de nosotros abundante vino en las jarras y un poco de tierra es suficiente para que nos encontremos y la paz arraigue.
(Traducción de María Luisa Prieto)